Continuamos hablando del síndrome de n.p.m. : «¡ npuedo más!»  mencionado en el último post Estrés: I parte

En esta, la II parte queremos adentrarnos y entender un poco más el porqué tenemos estrés.

Si tu respuesta cuando te hacen la reflexión de  que frenes el ritmo porque vas a petar es:
“qué más me gustaría a mi, pero no puedo, no lo entiendes … »
Es posible que tengas estrés, y la mala noticia aunque nos duela, es que: nadie es imprescindible.

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Por lo tanto será mucho más saludable que, por ejemplo, si estás cansado después de una dia agotador, te des permiso para descansar 15 minutos sin hacer nada después de comer pensando que TE LO MERECES a que recojas la mesa enseguida y tengas la cocina impecable.
Porque sí puedes recoger la mesa más tarde, ¿lo sabes?.

Como ves se trata de decidir qué cosas valen la pena i darles prioridad sobre otras menos importantes.

Quién  prioriza  y establece el orden de las cosas que valen la pena es cada persona.

Jo establecería 3 categorías de prioridades:

  1. las cosas que sí o sí se tienen que realizar ese día y/o momento
  2. las cosas aunque puedan realizarse ese día, también pueden realizarse en otro momento
  3. las cosas que se pueden realizar directamente en otro momento o día

La trampa de una persona estresada es que va a evaluar todas las cosas como A . Es decir que se han de ejecutar ¡ya! ¡al momento!.

¿ Y por qué?

–   porque toca

–   porque   sí

–    porque toda la vida se ha hecho así

–     porque  si  yo no lo hago: ¿quién entonces lo hará?

–     porque ni me lo he planteado…

Entonces sucede que si no podemos conseguir todos los objectivos que nos hemos marcado y que hemos metido en la categoría A , que la persona sienta fustración ; o que si lo consigue y llega, se sienta tan agotada que pierda lo más importante: la capacitad de poderlo disfrutar.

Porque de alguna manera esta persona ya estará centrada en el próximo que le queda por hacer… y así sucesivamente en todo lo que haga.

Se trata de cortar este espiral “tóxica” y dejar entrar una “bocanada” de aire que nos libere de tanta pressión autoimpuesta ( sí, la mayoría de veces por nosotros mismos altres) y que nos haga sentir que disfrutamos y somos partícipes de lo que estamos viviendo en vez de correr una maratón diaria.

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Excusas o trampas de la persona estresada

  1. trampa 1: negación

    A pesar de las evidencias , decir que no tenemos estrés, y  cuestionar a las personas que nos insinuen que lo sufrimos. Hay dos versiones, desde mi punto de vista:
    a.  pensar que lo podemos tener todo controlado: La situación está controlada, decimos. Mientrastanto, vamos como “motos”, y es posible que lo justifiquemos con que la causa sea el motivo para cualquiera que sea el motivo: aguantaré porque es temporal y después una vez resuelto ya estará.
    “Craso” error porque la persona después de superar una situación, adoptará exactamente la misma  actitud para con la próxima, generando un patrón de estrés non stop.Esta idea de desmontará en base a dos evidencias:1. la factura del coste emocional es muy elevada
    2. es imposible tenerlo todo controlado

b. Auto engañándonos: ¡ yo estoy bien! . Otra forma de negación es la de auto convencernos que nos encontramos bien, que los demás exageran, que no es para tanto. En este caso o bien no nos interesa gestionar el estrés por el motivo que sea, o no sabemos cómo hacerlo.

  1. trampa 2 :no delegar
    No querer o no estar dispuestos a delegar, lo tenemos que hacer todo nosotros porque creemos que «si no lo hago yo, no lo hará nadie» y  claro que lo podrían hacer los otros.Pero es posible que no lo hicieran de la misma forma y no a mi manera o como a tí te gusta 😉 lo que no significa que los demás lo hagan mal.

Ahora sí, después de tanta explicación, ha llegado el momento de hablar de soluciones para ir menos estresados, ¿no crees?.

Próximo post Cómo vencer al estrés

Buen verano :)!

 estiu

con permiso del autor: Joan Lladó

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