Si existe un valor, emoción o sentimiento que es importante para mí, este es el agradecimiento/ gratitud.

En casa,  intento enseñar a mis hijos la experiencia de la gratitud. Le hemos puesto un código interno: le llamamos la palabra mágica  (gracias).

 

 

gracias
Utilizamos la palabra  mágica para expresar, identificar situaciones, gestos en que sentimos que hemos recibido un beneficio (no necesariamente material) o que los vamos a recibir.

Algunos ejemplos:

  • Que se te caiga una cosa en el suelo y que una persona que pasa cerca se te adelante y la recoja
  • Estar triste y sentirse cuidad@ por ese amig@ que te llama por teléfono para saber cómo te encuentras
  • Haberte esforzado en una tarea y que aparte de sentirte orgullos@ alguien te lo reconozca y te lo diga
  • cuando tenemos salud, trabajo, personas que nos quieren…
  • las cosas buenas que tenemos y nos da la vida y de las que nos damos cuenta de su importancia sólo cuando las perdemos o estamos a punto de perder
  • muchas más …

 

De momento mis hijos  son testigos de la cara de rareza que se le queda a la persona cuando dicen la palabra mágica.

Esto confirma mi hipótesis de que las personas estamos muy poco habituadas a decir las cosas buenas.

 

Aunque nos guste que nos las digan, se nos hace un tanto extraño decirlas nosotr@s y también aceptarlas.
Cuando las decimos nos encontramos con respuestas tipo:

  • No importa.
  • No es para tanto
  • No era necesario
  • Es mi trabajo
  • Es mi deber
  • Todo el mundo lo haría.
  • Hay, no digas tonterías …

 

Se produce un extraño pero real efecto , el de quitarle importancia a lo que hacemos, cuando realmente sí que la tiene y mucha.

 

Vivimos en un momento en que la gratitud és en perill d’extinció. Estamos enfadad@s y agresiv@s con lo que sucede en nuestro entorno.

Damos mucha caña con las cosas que nos desagradan o con las que no estamos de acuerdo…
Pero, curiosamente, esta actitud no va acompañada del reconocimiento de las cosas buenas y de creer que, a pesar de todo , sí hi existen buenas personas.
Este año, en mi vida he tenido muchos motivos para sentirme agradecida y personas con las que he compartido, orgullosa, la palabra mágica. Me hace sentirme afortunada.

 

Por ello, te animo a identificar situaciones y personas que te cuidan de una u otra manera y a experimentar en primera persona la práctica de la palabra mágica: G R A C I A S.

Sin duda alguna, repercutirá positivamente en tu felicidad y también en la de la persona con la que la compartas.

 

agradecimiento          

 

 

 

 

 

 

 

 


Gracias por leerme  🙂

 

+ sobre este tema:

Apúntate al boletín de Autoestima y Salud Emocional

Recibirás mensualmente noticias de autoestima, emociones, sentimientos, habilidades sociales y bienestar emocional.