Decálogo para elaborar buenos trabajos académicos
Con un pie puesto casi en el final de curso empezamos la época de entrega de trabajos académicos.
Hoy, queremos proponerte algunas recomendaciones para conseguir los mejores resultados y no morir en el intento:
1. Define bien el tema de trabajo: Si no partimos de una idea clara, nos costará conseguir desarrollar un hilo conductor que dé coherencia a todo aquello que se exponga. Piensa que hay temas que son muy amplios y necesitamos concretar cuáles son los ejes centrales que queremos que aparezcan.

2. Si tienes la opción de escoger tema, intenta elegir uno que te motive y te resulte atractivo. Intenta ser original pero realista en tu elección.
3. Elabora un guión o esquema de la estructura del trabajo: Qué apartados y subapartados tendrá, qué puntos formarán parte, cuáles son las ideas principales que tienen que aparecer en cada bloque de contenidos… Esto también te ayudará a organizar el tiempo que le dedicarás. Y para acabar este punto, una recomendación más: siempre que tengas una nueva idea, apúntala, después ya valorarás dónde y cómo la introduces en el texto.

4. ¿Sabes de qué extensión y espacio dispones? Si no tienes límites, puedes incluir todo aquello que creas oportuno en relación con la temática que estés desarrollando, como anexos, otras informaciones de interés, infografías, imágenes… Si tienes establecido un número máximo de palabras o páginas, organiza bien la información principal y trata de sintetizar y resumir las ideas.

5. ¿Tienes claro de qué tipo de trabajo te piden, cómo se evaluará y a quién va dirigido? Partir del conocimiento de estos elementos te ayudará a orientar los contenidos, el lenguaje que utilizarás… Si además te facilitan una rúbrica de evaluación, tendrás muchas pistas de qué aspectos, a parte de los teóricos, deberás cuidar.
6. Ponte con tiempo. Un trabajo bien hecho requiere una dedicación y esfuerzo importante. Planifica qué días, horas y espacios destinarás a este proyecto (pausas incluidas) y muy importante: dale cabida a los imprevistos. Mejor que al final te sobre tiempo que no que te falte. Y si haces un trabajo en grupo, piensa que además os tenéis que coordinar, reunir, distribuir tareas (naturalmente, adquiriendo un compromiso de cumplimiento dentro de los plazos acordados), ir haciendo seguimientos y revisiones para evitar olvidos o duplicidades en las aportaciones… y esto también implica un tiempo extra de trabajo.

7. Incluye aportaciones personales, bien sea en forma de conclusiones, resúmenes o aclaraciones de los contenidos más teóricos. No solo tiene que ser un “copia y pega” de informaciones diversas, también debe de haber una parte de argumentaciones propias donde puedas demostrar tu capacidad de análisis, de relacionar conceptos e ideas, de pensamiento crítico… Y muy importante: no olvides citar la autoría de toda la información y documentación que puedas recoger y compartir en tu trabajo.

8. Utiliza fuentes fiables e información veraz y contrastada. Hay multitud de buscadores académicos y bibliográficos, repositorios de documentos, revistas y publicaciones científicas… que te pueden servir de apoyo para hacer trabajos. Internet es una biblioteca virtual impresionante pero no olvides que también puedes ir a las bibliotecas de toda la vida a buscar libros y otros materiales. Utiliza diferentes recursos para razonar y argumentar tus ideas y propuestas, es una manera de aportar credibilidad y rigurosidad al trabajo que estés haciendo.

9. Revisa antes de entregar: Lo más recomendable es que antes de dar por terminado tu trabajo tengas tiempo para poder leerlo y releerlo un par de veces con una mirada crítica con la finalidad de poder corregir posibles errores gramaticales, acabar de perfeccionar la redacción de alguna idea que no termines de ver clara, introducir alguna conclusión de última hora… Es verdad que sabemos que todo es mejorable y siempre puedes estar haciendo pequeños “retoques”, pero intenta entregar un trabajo curioso con el convencimiento que has dado lo mejor de ti.

10. Cuida la presentación del trabajo: no solamente en lo que se refiere a aspectos formales (letra, párrafos, paginado, coherencia ortográfica y lingüística…) sino también en la encuadernación, portada, contraportada…