LA TÉCNICA DEL SANDWICH
Las personas nos comunicamos constantemente con palabras, con nuestros gestos, con nuestro cuerpo, con el tono de voz…
Para mantener una buena comunicación, entre otras cosas, tenemos que cuidar tanto nuestro lenguaje verbal (aquello que decimos y cómo lo decimos) así como los aspectos que conforman nuestro lenguaje no verbal. En este sentido, cabe recordar que, incluso con un silencio también podemos estar comunicándonos.
Un momento de especial interés en la comunicación es cuando tenemos que emitir una crítica sobre un comportamiento que nos molesta de una persona o tenemos que rechazar alguna propuesta que nos hace.
Hoy os presentamos la técnica del sandwich, una herramienta sencilla que nos puede ayudar a emitir críticas constructivas o a dar opiniones contrarias, mejorando así nuestra comunicación con los demás.
¿En qué consiste exactamente la técnica del sandwich?
- En primer lugar, hay que resaltar cosas positivas de los comportamientos de la persona, o de las cosas que hace bien, de la propuesta que nos hace, de las cosas que nos gustan de ella… Se trata de expresar de manera clara los aspectos que nos parecen bien. Estos deben suponer un refuerzo positivo para la persona que los recibe.
- Después hay que comunicar la crítica o la negativa que queremos transmitir y explicarla justificadamente con la mayor concreción posible.
- Hay que acabar con un mensaje positivo o haciendo una propuesta de mejora.
Siguiendo el esquema anterior, un ejemplo de una crítica constructiva sobre un comportamiento de una persona que nos resulta molesto (como p.ej. que llegue siempre tarde cuando quedamos) podría ser el siguiente:
Me gusta mucho quedar contigo y me lo paso súper bien cuando estamos juntos (punto 1), pero que llegues siempre tarde me molesta porque este tiempo que tu te retrasas yo podría estar acabando de hacer otras cosas que también son importantes para mí (punto 2). Así, por favor te pido que intentes programarte bien los tiempos para las próximas veces que quedemos, para así poder los dos llegar a la misma hora con todas las tareas pendientes hechas y no tener la sensación de estar perdiendo el tiempo mientras te espero (punto 3).
Otro ejemplo en caso de tener que emitir una negativa a una propuesta podría ser:
Muchas gracias por invitarme a tu fiesta. Estoy muy contento que hayas pensado en mí (punto 1). No obstante, esta vez no vendré (y aquí puedes decidir si explicas o no los motivos, a pesar que no es obligatorio hacerlo) (punto 2). La próxima vez que organices una fiesta o algún otro plan, por favor dímelo y a ver si puedo venir (punto 3).
Y hasta aquí el post de hoy. Esperamos que con entrenamiento y teniendo claros los 3 puntos indicados en esta técnica, vuestra manera de comunicar sea cada vez más efectiva y os podáis sentir mejor a la hora de expresar tanto las cosas que os gustan de las otras personas como aquellas que os molestan o que os pueden resultar incómodas de decir.
¡¡¡Hasta pronto!!!