Pornografía: la comercialización del sexo…
La industria de la pornografía mueve muchos millones de euros en el mundo. El mercado creado sobre todo lo relacionado con el sexo y el erotismo es de interés general, cada vez más accesible, incluso en edades en que no es aconsejable.
El mundo digital ha facilitado el acceso casi libre a un mundo sexualizado repleto de modelos poco ajustados a la realidad que condicionan la sexualidad de las personas, sobre todo de las más jóvenes.
Los últimos estudios revelan que a los 8 años ya hay niños y niñas que han visualizado material online con alto contenido erótico. Obviamente, estos datos son preocupantes.
¿Qué hay detrás de todo esto?
La otra cara de la pornografía es el negocio del tráfico y explotación sexual de mujeres y menores.
No es ningún secreto que la industria del sexo es uno de los negocios más rentables del mundo, comparable con la industria de armamentista o el tráfico de drogas. La prostitución y la pornografía se convierten en una de las principales puertas de acceso para el tráfico y la explotación de mujeres y niños/as, y se convierte en una forma de violencia y abuso contra las mujeres y los/as niños/as.
Además de esta estrecha relación con diversas formas de violencia y abuso, la pornografía ayuda a su difusión y normalización entre enormes sectores de la población. La industria transmite a los hombres que las mujeres y las niñas son objetos sexuales que pueden ser usadas para satisfacer su deseo y su necesidad de dominación.
¿Y cuáles son las consecuencias de todo esto?
– Por una parte, se alimenta un tipo de negocio, como es la pornografía, que es muy rentable, y que se ha convertido en un motor económico muy potente a nivel mundial; no nos engañemos: si existe es porque se consume. Para mantener esta actividad, también aumentan otras actividades ilícitas y crueles, como el tráfico de personas y la prostitución.
– Por otro lado, la mercantilización y el comercio del sexo han generado un escenario de hipersexualización donde pierden el sentido valores esenciales como el respeto, la igualdad, la comunicación y las emociones vinculadas a las relaciones personales, entre otras.
¿Por qué es negativo el porno?
Algunos de los motivos son estos:
– La cosificación de las mujeres, quienes son tratadas como instrumentos para la consecución de placer masculino.
– La falta de referentes de diversidades corporales: los cuerpos que se muestran son de perfiles estéticos muy concretos, con medidas de pecho, pene y genitales que poco o nada tienen que ver con la realidad.
– La dominación del hombre y la sumisión de las mujeres en las relaciones sexuales.
– La normalización de la violencia sexual.
– La falta de medidas de protección de ITS.
– La sexualidad se reduce a los genitales.
– La inexistencia de dificultades en las relaciones sexuales y la generación de expectativas poco realistas en cuanto a la interacción sexual.
– Formas poco diversas de expresar el disfrute sexual (únicamente gemidos).
¡El porno no es real!
Recuerda que los actores y las actrices porno están interpretando un papel, que en las películas existe la edición de imágenes, montajes, efectos especiales… Es decir, que si ves alguna película porno, no creas que todo lo que ves es verdad, ya que es probable que no tenga nada que ver con las relaciones íntimas y/o sexuales de la vida real.
En conclusión…
La industria del porno es la representación de las fuerzas de poder entre géneros y contiene un lenguaje visual que normaliza la violencia y la sumisión de las mujeres.
Teniendo en cuenta el sistema social presente y el modelo económico consumista actual, pensar que el porno dejará de existir o que simplemente, por arte de magia, las personas lo dejarán de consumir son ideas imposibles de sostener.
Así que, ante esta realidad, la única solución pasa por promover una educación sexual integral, global, inclusiva y que respete las diversidades en todas sus vertientes, para conseguir algunos objetivos como:
– Construir una sociedad respetuosa con la pluralidad en cuanto a formas de sentir, de querer, de entender la sexualidad y el mundo desde diferentes puntos de vista (¡las posibilidades son infinitas!).
– Desmontar mitos relacionados con falsas creencias sobre cuestiones relacionadas con el sexo, la sexualidad, la pornografía y la prostitución.
– Fomentar la adquisición de habilidades personales que nos permitan entender nuestras propias emociones y sentimientos, así como los de las otras personas.
– Reforzar la autoestima, la capacidad crítica y la toma de decisiones para promover que cada persona pueda escoger desde la libertad cómo vivir su vida y cómo expresar, experimentar y sentir su sexualidad.