Actualmente los estándares de belleza están más presentes que nunca, especialmente a través de las redes sociales, donde nos bombardean con imágenes de un canon de belleza irreal e imposible. La presión estética que se sufre hoy en día es un fenómeno inalcanzable además de peligroso para nuestra salud mental, emocional y física. Por ello, es importante destacar la existencia de la diversidad corporal y comprender que todos los cuerpos son válidos sean como sean. 

Los cánones de belleza han existido desde la prehistoria, variando según el contexto histórico de la sociedad. La Venus de Willendorf, es considerada uno de los cánones de belleza de mujer más antiguos, y aunque bien es cierto que durante la historia también han aparecido cánones masculinos como Apolo de Belvedere o David de Miguel Angel, siempre se ha puesto el punto de mira sobre las mujeres. Dicha presión estética se ha mantenido hasta día de hoy, ejerciendo más influencia sobre nosotras y afectándonos cada vez en edades más tempranas. Es por todo ello, que se hablará desde una perspectiva femenina, siendo conscientes que es un fenómeno que también afecta a los hombres.

Estos mensajes nos pueden llevar a conductas insanas y perjudiciales para nuestra salud, afectando principalmente en nuestra autoestima, autoimagen y hasta creando la idea de que es necesario la modificación de nuestro cuerpo por medio de cirugías y procesos médicos. Por otro lado e influenciado por lo que hemos dicho anteriormente, es importante destacar como los casos de trastornos de conducta alimentaria van aumentando en personas cada vez más jóvenes. 

Si bien es fundamental promover la diversidad corporal, también es importante no romantizarla. Debemos tener en cuenta que no se trata de decir que todas debemos amar cada parte de nuestro cuerpo en todo momento, ya que todas tenemos inseguridades. Se trata de aprender a respetar y cuidar nuestros cuerpos de manera saludable, independientemente de su aspecto físico, evitando que la aceptación de nuestros cuerpos se convierta en una imposición social más.

La pregunta es: ¿Y cómo podemos aprender a valorarnos y desafiar el sistema de opresión que hay hoy en día? Aquí te dejo algunas ideas para empezar a trabajar en ello:

  • Reconocer la diversidad: Todas somos únicas y diferentes. Aceptar que la diversidad es algo natural, te ayudará a apreciar las propias diferencias y las de las demás.
  • Tener una visión crítica sobre las redes sociales: Es fundamental ser conscientes de cómo ciertas plataformas pueden influir en la percepción corporal. Sigue cuentas que promuevan la diversidad y divulguen sobre temas como la gordofobia. Se crítica con aquellas cuentas que te hagan sentir insegura o insatisfecha. Esto puede ayudar a la mejora de la autoimagen. 
  • Hablar positivamente sobre nuestros cuerpos: Cambia la forma en que hablas de tu cuerpo y el de las demás. En lugar de enfocarnos en aspectos negativos, resaltemos las cosas que amamos y apreciamos de nuestros cuerpos.
  • Practicar el autocuidado: Asegurarte de que estás cuidando de tu cuerpo de manera saludable y amorosa, es un primer paso para sentirte más conectada y satisfecha con tu imagen corporal. 
  • Poner en práctica la empatía contigo misma: Evita ser tan dura contigo, observa la forma en la que te hablas y piensa si se lo dirías a otra persona. Verás que solemos tender a ser más exigentes con nosotras mismas.

Recuerda, la diversidad corporal es una realidad que debemos celebrar y respetar. Reconocer que nuestros cuerpos son válidos es fundamental para nuestro bienestar emocional, físico, social y sexual. Al desafiar la presión estética y abrazar la belleza en todas sus formas, creamos un entorno más inclusivo y compasivo para todas. Nos permite estar cada vez más cerca de liberarnos de la carga de la comparación y de la autocrítica.

Si necesitas más información al respecto o asesoramiento, siempre puedes contactar con Sexconsulta, estamos para ayudarte! 

Apúntate al boletín de Autoestima y Salud Emocional

Recibirás mensualmente noticias de autoestima, emociones, sentimientos, habilidades sociales y bienestar emocional.