Siguiendo con el post dedicado a la vida saludable de hace unos días, nos centraremos en esta ocasión en la dimensión emocional y psicológica de la vida saludable.

 

Algunas de las propuestas en este sentido son:

 

  • Rodearse de gente positiva y nutritiva: compartir nuestra vida social con personas que nos parecen interesantes, con quien podemos expresarnos y comportarnos tal y como somos (la naturalidad y sencillez para mí también son esenciales), de quien y con quien podemos aprender, crecer juntos, hacer proyectos…

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  • Humor y positividad: está claro que la vida no siempre es de color de rosa y en los momentos de dificultad es importante buscar todas aquellas herramientas que tenemos para poder superarlos. Tener una perspectiva objetiva puede ayudar pero intentar extraer aprendizajes y la parte positiva incluso en los momentos difíciles ayuda al autoconocimiento y al crecimiento personal.

 

  • Ocio: para poder disfrutar realmente de la vida debemos también poder tener tiempo libre para llevar a cabo las actividades que nos gustan y que no hacemos por obligación. Aquellos momentos en los cuales perdemos la noción del tiempo y del espacio (momento Flow), cuando realmente nuestra mente se desconecta de las preocupaciones y podemos dedicarnos realmente a las cosas que nos apasionan.

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  • Darnos espacio y saber decir que no: darnos permiso para no tener que estar constantemente cumpliendo demandas y expectativas de los demás, para no tener que atender peticiones o adquirir compromisos que no podemos o no queremos asumir. Decir que no no nos hace más malas personas sino que nos permite dar a conocer donde están nuestros límites (otro de los aspectos que pienso que es fundamental para cuidar nuestro bienestar mental).

 

  • Aprender a reconocer y expresar nuestras emociones: es la única manera de aprender a gestionarlas y canalizarlas de forma adaptativa (escribir, pintar, escuchar música, salir a correr…)

 

  • Hacer cosas nuevas y tener objetivos: es una manera de mantenerse activo e intentar superarse cada día (aprender un idioma, apuntarse a un curso, ir de viaje a descubrir nuevas culturas…)

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  • Renovar el look-vestuario: no se trata de gastarse mucho dinero en modas sino de sentirse cómodo y a gusto con la apariencia que uno tiene. A veces sentimos la necesidad de “reciclarnos” en este aspecto y también nos puede reportar bienestar hacerlo.

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  • Menos estrés y autoexigencias: tenemos que poder tener tiempo para comer, para descansar, para dedicarnos a las cosas que nos gustan… A veces asumimos demasiadas responsabilidades que nos hacen sentir desbordados. Planificarse y saber poner límites son dos de los elementos esenciales que tenemos que aprender a poner en práctica.

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Así que… existen muchos ingredientes que se pueden combinar como uno quiera, al gusto del consumidor. Yo pienso que no hay una fórmula mágica sino que lo más importante es escucharnos y permitirnos probar las combinaciones de elementos que creamos oportunos.

 

Evidentemente, aquí sólo te presento un pequeño listado, pero… y tú,

¿tienes otras propuestas para mantener una vida sana?

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