¿Has sentido alguna vez que tu mundo cambiaba con tan sólo un abrazo? Y no digo eso de que sientas mariposas en la barriga o que te recorra por todo tu cuerpo un escalofrío, que también se puede conseguir con un abrazo, sino que me refiero a la sensación de tranquilidad, paz y serenidad que te puede aportar un abrazo bien dado en un momento en el que necesitas uno.

Y es que abrazar y que te abracen puede resultar muy terapéutico y reconfortante.

 

 

 

Muchos estudios han explicado cuáles son los beneficios de los abrazos. A continuación te hacemos un pequeño listado:

 

  • Reduce el estrés: El contacto físico hace que se produzca en nuestro cuerpo una segregación hormonal que aumenta nuestro bienestar. La principal hormona encargada de esto es la oxitocina, la llamada “hormona del amor o del cariño”, que a la vez de que nos ayuda a generar vínculos con las personas, también hace que se reduzca la producción de otra hormona relacionada con el estrés, el cortisol.

 

 

  • Mejora el estado de ánimo:  Cuando abrazamos, se incrementa la segregación de la serotonina, otra hormona que está relacionada con la mejora del estado del ánimo.

 

 

  • Genera confianza y seguridad: El sentimiento de apoyo, acompañamiento y protección que nos puede ofrecer un abrazo también incrementa la sensación de confianza, valía personal, etc. De hecho, se ha comprobado que recibir un abrazo antes de hablar en público o antes de un examen hace que mejoremos su ejecución.

 

 

  • Eleva la autoestima: Muchos especialistas asocian la autoestima con el contacto físico que recibimos desde que somos niños.  Cuando abrazamos, nos sentimos queridos, seguros, especiales e importantes para las personas de nuestro entorno, y esto alimenta y refuerza nuestra autoestima.

 

 

  • Otros beneficios para nuestra salud física: Diferentes estudios muestran que los abrazos relajan los músculos (se liberan tensiones), aportan beneficios cardiovasculares, mejoran el sistema inmunológico (hace que se creen más defensas -glóbulos blancos), ayudan a descansar y dormir mejor, etc.

 

 

Si bien es cierto que en nuestra sociedad el contacto físico a veces cuesta de que se dé con fluidez y naturalidad, creo que podemos empezar a replantearnos practicar un poquito más el arte de abrazar a pesar de que no haya una excesiva confianza con la persona con quien interaccionemos, teniendo en cuenta que un abrazo incrementa el bienestar, facilita la transmisión de sentimientos como el agradecimiento, la paz o el amor, puede reducir las preocupaciones, ayuda a calmarnos, nos aporta tranquilidad, …

 

 

 

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