Con un pie puesto en las Fiestas, momento en que parce que por sistema nos invade un espíritu de solidaridad y consumismo que es digno de estudio, queremos dedicar un post al agradecimiento, otro valor al que a veces no otorgamos la importancia que se merece.

La gratitud, la deberíamos practicar cada día porque es una forma de cuidar nuestro bienestar y nuestra autoestima, nuestro entorno social y emocional, además de dar un sentido más espiritual a nuestra existencia que nos permite construir una identidad propia llena de magia.

De todas maneras, si no practicas la gratitud de forma habitual, pensamos que ahora que acaba el año es un momento perfecto para que te hagas este autoregalo de agradecimiento revisando tus vivencias y experiencias, aquellos momentos especiales que te han marcado, y que seas capaz de dar las gracias por haber tenido la oportunidad de poder vivirlos.

Bien cierto es que no todo lo que hemos vivido a lo largo de un año siempre es bueno, pero seguro que, de las cosas malas o un tanto desagradables, también habrás podido extraer grandes aprendizajes y habrás podido descubrir en ti capacidades que hasta ese momento desconocías que tenías, lo cual también es una manera de seguir evolucionando, sumando y creciendo personalmente.

Así que, de cara a estas Navidades, te invitamos que te hagas un regalo cargado de afecto y estima: ¡autoregálate una buena dosis de agradecimiento! ¡Haz la prueba! ¡Sienta bien, de verdad!

para todo el mundo y muchas gracias por compartir un pequeño espacio de vuestro tiempo leyendo este post.

¡Nos reencontramos en 2020!

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