La curva de la ira y sus fases
Los conflictos forman parte de la naturaleza de las relaciones humanas.
Aprender a identificar las reacciones que se producen en estas situaciones nos puede ayudar a controlar mejor nuestras emociones y las de las demás personas; por tanto, también contribuye a gestionar de una manera más funcional y efectiva los conflictos.

Así, hoy os queremos presentar la curva de la hostilidad, que nos permitirá entender cómo funcionamos cuando sentimos ira.

Fases de la curva de la ira
– Fase racional: la mayoría de las personas mantienen un nivel emocional adecuado para razonar y discutir sobre cualquier problema.
– Fase de disparo o salida (fase emocional): se disparan las emociones de la persona, que puede incluso llegar a ser grosera, hostil y estar fuera de si. No es un momento adecuado para razonar; lo más recomendable es escuchar.

– Fase de enlentecimiento: si no hay provocaciones posteriores, la fase anterior se va diluyendo poco a poco y el estado emocional de ira y hostilidad va disminuyendo en intensidad.
– Fase de afrontamiento: se puede empezar a dialogar y razonar, a pesar que todavía hay que ir con cuidado con qué se dice y cómo se dice para no volver a fases anteriores. Empatizar y reconocer sin juzgar el estado emocional puede contribuir a que la emoción de ira vaya desapareciendo y comience a experimentarse la calma.

– Fase de enfriamiento: si la persona se ha visto reconocida, validada, entendida y no juzgada en sus sentimientos, se calmará.
– Fase de solución del problema: en el momento en que la persona vuelve al estado racional será posible abordar el problema.

Así, poder identificar los sentimientos y las emociones propias y ajenas y reconocer en qué fase de la curva de la hostilidad nos encontramos, nosotros o bien la persona con quien discutimos, nos da herramientas para afrontar las situaciones conflictivas de una manera más controlada, a la vez que nos permite continuar cargando nuestra mochila personal de estrategias y conocimientos para mejorar o reforzar la capacidad de gestión emocional y así cuidar nuestras relaciones personales y sociales y también nuestro bienestar emocional.
