Hay diferentes técnicas para reforzar la autoestima, pero hoy en este post os queremos presentar la técnica del espejo, que se puede aplicar tanto en la infancia y la adolescencia como en la juventud y vida adulta.

Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre qué es la autoestima, por qué es importante, para qué sirve… Reforzarla puede no tan solo ayudar a mejorar nuestro bienestar emocional individualmente para vernos, sentirnos y valorarnos mejor, sino que también puede repercutir en cómo nos relacionamos con nuestro entorno.

La técnica es fácil de aplicar y se basa en aprender a identificar los propios puntos fuertes para potenciarlos y aquellos otros aspectos que serían necesarios trabajar para mejorarlos.

Cabe destacar que la finalidad es tomar conciencia de quien eres tú interiormente; reconocer cuáles son tus fortalezas, identificar cuáles son aquellos elementos que es necesario revisar y trabajar, y también aprender a centrar la atención en ti mismo/a; por tanto no es una técnica que se centre en valorar tus características físicas.

¿Cómo aplicar la técnica del espejo?

  • Intenta realizar la actividad en algún momento en que puedas estar solo/a, para evitar así las interrupciones.
  • Centra tu atención en la imagen que ves en el espejo y responde con tranquilidad y sin prisas a las siguientes preguntas:
  1. ¿Qué ves en el espejo?
  2. ¿Cómo es la persona que te mira desde el espejo?
  3. ¿De verdad la conoces?
  4. ¿Qué cosas negativas tiene la persona que te mira desde el espejo?
  5. ¿Qué es lo que más te gusta de esta persona?
  6. ¿Cambiarías algo de la persona del espejo?
  7. ¿Le darías algún consejo o recomendación a la persona que ves en el espejo?

Cuando te hayas contestado a estas preguntas puedes tener una visión más global de ti mismo/a y puedes buscar respuestas, soluciones y alternativas concretas a situaciones que mejorar o problemáticas que hayas detectado.

No pasa nada si inicialmente te cuesta encontrar todas tus características positivas; de hecho, hay muchas personas a las que les resulta más fácil encontrar sus defectos que sus virtudes, porque dar valor a nuestras fortalezas no es un trabajo que hagamos habitualmente.

Finalmente, comentar que cuando queremos trabajar la autoestima también es recomendable recoger información sobre ti que te puedan dar las personas que te conocen bien (amistades, familiares…), porque así puedes contrastar la imagen que tienes de ti mismo/a (cómo tú crees que te ven, qué impresión crees que das…) con cómo realmente te perciben el resto de personas. Esto te puede ayudar también a detectar falsas creencias o pensamientos autolimitantes y de autoboicot que puedas tener sobre ti para poderlos trabajar, ganar confianza y sentirte mejor.

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